viernes, 3 de octubre de 2008


SUEÑOS DE BAOBAB
Ondea en raíces al aire
de un baobab de ojos azules
una whipala de sueños
por los días que vendrán.

Se acerca Tindouf a La India,
Yakarta se hace Sucre
y unas hoces sin martillo
me hacen ser realista
y soñar un pantano.

Aparece tu música en francés,
Pádua deja de ser un modesto del fútbol,
Gales me suena a un tal Danielle
y de los yanquis me dejan de gustar hasta sus pinos.

El sofá se ha vuelto azul
y echarte de menos se ha hecho costumbre.

Aparece tu pelo que se enreda en mis manos.
Tu nuca me busca y se retira nerviosa.
Laten los lunares de un pecho que gusta
y tu cuerpo se acostumbra a mis dedos.

Me empieza a gustar el té con limón
y quiero cincuenta y tres minutos más juntos.

Tus manos se entrelazan con las mías
en ese contraste de calor-frío.
Mis labios te buscan, son tan finos...
y no quiero dejar de besarlos.

Chocan mis “por qué” con tus “no lo sé”
y te cuento un cuento que no recuerdo.
Me deja de importar casi todo
y entiendo la vida en tus piruletas.

Y cuando tu cara se tensa
echo las redes al mar
y recojo el pescado suficiente
para jugar con los niños a este sueño.

Sueño y apunto en tu cuaderno este sueño.

Me deja de importar casi todo.

Sueño con tus sueños.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me pregunto – dijo – si las estrellas están iluminadas para que cada uno pueda algún día encontrar la suya.

Anónimo dijo...

There won't be a mystery or a doubt in which your presence won't shine
sympathetic beacon in absence of peace,
in hard times your North Star.

Alone never, you'll ever be.

Anónimo dijo...

Cuida bien tus estrellas, mujer,
cuida bien tus estrellas.
Y que nunca las pierdas.

"Judith" (1969)

SILVIO RODRÍGUEZ