miércoles, 29 de abril de 2009


Ya no me sorprendo. Ya no consiguen sorprenderme con nada.

Tampoco me enfado ni grito. Ya no me rebelo. Mi úlcera descansa cerrada y mi sueño es profundo. Le ayuda el cansancio físico que me produce llorar.

Porque sí, ya sólo me entristezco. Ya sólo lloro. Bajo la cabeza, me humillo, lloro y sigo trabajando.

Lo han conseguido y me siento mísero, mínimo. Me avergüenzo. Sólo quedo para subsistir.

Y lo sabía. Sabía que a los Poderosos no les importa el trabajo bien hecho, el compañerismo, la bondad. Sabía que a los Caciques sólo les importa su bienestar. Sabía que los Caudillos no entienden de sentimientos.

Lo sabía. Ellos sabían que yo lo sabía. Por eso no me enfado, ni grito ni me rebelo. Para no defraudarlos.

Sólo lloro porque lo han conseguido. Sólo lloro porque el mundo se me hace más gris. Sólo lloro porque nos vencieron. Porque nos siguen venciendo. Porque me siento ruin. Y porque, funcionando, he llegado a quererte en poco tiempo. Y te vas. Te van. Sin que mi sueño se altere. Sin que mis lágrimas dejen de llorar.


Sólo entonces, cuando no te vayan, cuando otro mundo sea posible, cuando nosotros ganemos, cuando no nos pisen, cuando trabajar y ser un buen compañero sean valores a tener en cuenta, sólo entonces volveré a permitir que mis manos escriban cosas alegres.

"El caso es que me afectan las cotidianas tristezas [...]"- ISMAEL SERRANO

2 comentarios:

javi dijo...

La energía ni se crea ni se destruye. Será cuestión de poner el enchufe en otro lado...
Feliz jornada de 8 horas, feliz abandono del abuso indiscriminado, feliz primero de mayo, aunque no sea mucho.

Gaia dijo...

No es verdad que solo lloras...
Tienes una voz y mandas tu mensaje
y sigues haciendo las cosas bien cuando te dejan y aun más cuando no te dejan
Además estoy segura que eres buen compañero, de los que ya no quedan.
Eso tal vez no se llama victoria
pero es una imprescindible RESISTENCIA
(te espero en la retaguardia por si necesitas refuerzos) :-)
abrazo