Hay veces que te gustaría dar todo lo que eres. Transmitir lo que sientes. Entregarte.
Hay veces que no lo haces.
No es por rencor o venganza.
Es porque tanto abandono, tanto daño, tanto dolor…
Es porque te han quitado la energía.
Y, cuando vas a entregarte, a transmitir lo que sientes, a dar todo lo que eres…
una fuerza bruta, incontrolable te transforma en otro.
Tal vez el mismo. Pero más débil.
Y no es por rencor ni por venganza.
Es que estás herido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario