Me he levantado con la certeza de que ya no tengo ganas de comerme el mundo. Me lo ha dicho mi despertador. No sé si me las quitaron o si las perdí. Y me ha invadido la necesidad (de supervivencia) de que el mundo deje de comerme. De que pare ya.
Así que se han puesto a jugar las lágrimas con las gotas de lluvia mientras desembocaba en el Mediterráneo camino del trabajo.
Seas quien seas, y estés donde estés, feliz cumpleaños, papá.
3 comentarios:
pasas a su lado y crees que le has visto. Pero no.
crees que por ver sus ojos, su pelo, su altura, su ropa ya le estas mirando... pero no. No le has visto, no le ves.
Tienes que leer algo que ha escrito para que le veas, para que sepas quien es.
Siempro descubro algo cuando te leo, siempre te veo donde creia que ya te habia visto.
Muchos besos
Acabo de volver a leer a alguien pedir perdón por la tristeza, pedir socorro cuando el mundo se lo come a bocaos. Y yo pienso de nuevo en ese alguien que no puede hablar, pero ni siquiera es capaz de agradecer un, nada merecido, mensaje de felicitación. Un mensaje por, simplemente, seguir viviendo.
Así es él. Así somos nosotros.
El mundo puede pegarte dentelladas profundas una y otra vez, pisarte cuando creías que levantabas la cabeza, bajarte la sonrisa, tirarte del pelo, llorarte los ojos y partirte en dos o en más. Pero, niño del mar, sabes y sabemos que un día nos levantaremos, daremos un golpe en la mesa y dejaremos de preguntarnos: ¿por qué a mí? y hay días en que te leo y me gustaría gritar como mi Mafalda.
Sin palabras
Sobran las mias y bastan las tuyas para reflejar el sentimiento descarnado, la catarsis terapeutica, las ganas de seguir viviendo...
tu coraje y mi empatía
tu sinceridad y mi cariño
Un abrazo
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