Me lo advirtió mi madre, siempre tan sabia. Más por vieja, sin serlo, que por diablesa. Lo demás tienes que dividirlo tú, pero los amigos se dividen solos.
Doce meses después no sé nada de con quien quise compartir el, sin duda y hasta ahora, momento más doloroso de mi vida.
Para mi consuelo, doce meses después, mi madre sigue compartiendo conmigo los ratos malos y dejándome libre en los buenos.
Para mi consuelo, aquel día hice dos llamadas antes que aquella, aunque no me lo cogieron.
Para mi consuelo, el resto del año no dejaron de cogerlo.
1 comentario:
"Un amigo es la mano que despeina tristezas" (Gustavo Gutierrez Merino)
un abrazo
Publicar un comentario