La falta de energías, de ánimo provocan la necesidad de calcular bien el desgaste que pueda suponer cualquier acción. Tal vez el propio instinto de supervivencia no te permita malgastar calorías o watios en acciones superfluas.
Mis reservas se empiezan a llenar, con ellas el instinto de supervivencia comienza a abandonarme y me permito lujos tan innecesarios como el rencor, el odio, la mala hostia al fin y al cabo.
Recuerdo entonces tu cocido madrileño a la brasa de tus piernas sin un tercer invitado que iba a llegar al café pero que nunca llegó. No sé tú, pero al menos él y yo teníamos la certeza de que no vendría.
Porque al menos os queda la vergüenza de no poder volver a mirarme a los ojos, de saber que tenéis mucho que esconder aunque tengáis más facilidad para reconocer y criticar los errores ajenos que para hurgar algo en los (muchos) vuestros.
Y ahora me sobran energías para desear que os vaya muy bien. Y son todas vuestras. Para que os hagáis otro guiso con cuernos mientras seguís opinando, criticando, construyendo falsas élites sin miraros al ombligo, vendiendo burdos consejos que no os aplicáis. Encomendaré mis oraciones a San Martín para que nunca os llegue.
Disfrutad mucho de vuestras vidas y dejadme en paz estéis donde estéis. Igual que hicisteis cuando me hacíais falta. Dejadme en paz que yo nunca contaré lo que cada uno me contabais. Dejadme en paz que yo nunca os abandoné. Dejadme en paz que no nos quisisteis nunca. Ni a mí ni a nadie. Aunque vuestros cuentos los sigan comprando.
Mis reservas se empiezan a llenar, con ellas el instinto de supervivencia comienza a abandonarme y me permito lujos tan innecesarios como el rencor, el odio, la mala hostia al fin y al cabo.
Recuerdo entonces tu cocido madrileño a la brasa de tus piernas sin un tercer invitado que iba a llegar al café pero que nunca llegó. No sé tú, pero al menos él y yo teníamos la certeza de que no vendría.
Porque al menos os queda la vergüenza de no poder volver a mirarme a los ojos, de saber que tenéis mucho que esconder aunque tengáis más facilidad para reconocer y criticar los errores ajenos que para hurgar algo en los (muchos) vuestros.
Y ahora me sobran energías para desear que os vaya muy bien. Y son todas vuestras. Para que os hagáis otro guiso con cuernos mientras seguís opinando, criticando, construyendo falsas élites sin miraros al ombligo, vendiendo burdos consejos que no os aplicáis. Encomendaré mis oraciones a San Martín para que nunca os llegue.
Disfrutad mucho de vuestras vidas y dejadme en paz estéis donde estéis. Igual que hicisteis cuando me hacíais falta. Dejadme en paz que yo nunca contaré lo que cada uno me contabais. Dejadme en paz que yo nunca os abandoné. Dejadme en paz que no nos quisisteis nunca. Ni a mí ni a nadie. Aunque vuestros cuentos los sigan comprando.
Guays
PD: Este texto contenía una Rata y ha sido modificada en cuanto el autor del mismo ha sido consciente de ella. Ruego la lectura de los comentarios para conocer más acerca de esta variación.
5 comentarios:
Nachete, de esa clase de gente mejor olvídate. Qué suerte haberte dado cuenta!!. Mary, ¿alguna vez escribirás algo positivo??????. También es bonito sonreir mientras escribes...Besito...ya sabrás quien soy ¿no?
FE DE RATAS:
Salgo del trabajo tras otro día haciendo 23 cosas a la vez (podía añadir "sin hacer a la vez ninguna") pero en este caso no es cierto. Tal vez dos se quedaron para mañana y otras dos se perdieron para siempre. Tal vez dos salieron mal. Pero llego satisfecho (y cansado) porque las otras 17 salieron hacia delante.
Recibo llamada de quien todo merece informándome de que le gusta más cuando empleo mi sobrante energético en otras cosas. Cruzo esta llamada con un rato de Skype en la tarde de ayer y cuando llego a casa (siempre paseando desde la oficina) llego a la conclusión de que esta entrada que publiqué el sábado tenía un gran error, así que todo el que la lea después de este comentario lo hará con su versión rectificada (sólo han variado los párrafos quinto y sexto).
Me alegro entonces de biengastar mis fuerzas en haceros caso, en quereros, en reconocer mis errores y rectificarlos.
Pido disculpas a todo aquel que haya leído la versión incorrecta de esta entrada, principalmente a la persona que escribió el comentario anónimo que a éste precede. Agradezco a dicha persona que realice un nuevo comentario tras la modificación del texto.
Perdón por la tristeza...
FE DE RATAS (2):
Igualmente y ratificando lo anterior el párrafo 7 ha sido suprimido en su totalidad. Pasando a ocupar su lugar el que hasta ahora era párrafo 8, el cual, por mucho que os quiera y mucho que encauce bien mis energías no he podido resistirme a mantener.
Yo no me entero de nada entre tanta Rata jajaja pero me alegro de que sean quienes sean y cualquiera que sea la mala pasada que te jugaron ya no anden cerca de tu esfera vital
ya veo que pides perdon por la tristeza pero no por la mala ostia
asi me gusta, la mala ostia es buena, nos revitaliza y nos ayuda a aplicar justicia, defendernos y plantarle cara a la vida sinvergüenza y a alguna gente que lo es aún mas
abrazo de oso
pd. no me puedo creer que la palabra de verificacion de seguridad que me ha tocado sea CONDIS, como el supermercado....que poco glamour!! jsajsjja
No se por que, pero despues de tanto tiempo y releyendo tu blog, creo que escribiendo esto pensabas en nosotros.
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