martes, 1 de octubre de 2013

Queda tan cerca aquel curioso NO en Martín de los Heros que me hace confundir plebiscito y referéndum con el llanto incontenible del día  en que regresé al cine y esperaba sentado en un pequeño escalón en la acera de la izquierda según llegas de la Plaza de España.

Tuve un lapsus de creer en Dios abrumado por las cumbres del Paine y por una jefa que, sin saber bien por qué, me envía un vídeo en forma de dibujos; y mis ojos sólo ven el blanco de una polera sin mangas.
En ese contraste de azul y blanco, en esa nítida confusión entre el cielo y la nieve, dejo de creer en artificios y vuelvo a creer, a esta altura del partido, en tus ojos y tus manos en particular.

Vos sabés...

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